Mentalidad Masterchef

 Hoy en día uno de los programas televisivos con más seguidores en España es el "concurso culinario" Masterchef, emitido por la 1 de Televisión Española. En él, como casi todos saben, un jurado reta a varios concursantes a preparar platos en el menor tiempo posible y al mejor le dan un premio. Sin embargo, el peor solo se lleva insultos y vejaciones por parte del jurado, llevando así al ocasional llanto del concursante cuyo sufrimiento forma parte del show.

  Personalmente tengo que decir que NUNCA he visto uno de esos capítulos ni creo que los vea en mi vida. No comparto para nada el afán por competir "a lo bestia" del programa, y menos el hecho de poner verde a un concursante en directo. Todos nos deberíamos merecer un respeto, aparte de que casi nunca en la vida ha sido posible cocinar tan rápido como se exige en el programa. La cocina siempre ha sido un proceso calmado y creativo, y si no que se lo pregunten a esas abuelas cuyas contundentes y deliciosas comidas han pasado a la historia de todas las familias sin necesidad de ser preparadas en poquísimo tiempo, ya que solo el resultado es lo que cuenta sin importar el tiempo de preparación.


 Aunque parece ser que el formato "Masterchef" a día de hoy se encuentra en todas partes, sin cocinar pero con el mismo espíritu competitivo a la par que humillante. Uno de esos ejemplos, aunque cueste creerlo, es la Organización de las Naciones Unidas (Más conocida por sus siglas ONU).


  Parece bastante increíble que un ministerio internacional al que supuestamente se le exige un mínimo de seriedad pueda compararse con algo tan deleznable y represivo como Masterchef. Pero aparentemente la ONU insta a los países del mundo a "competir" por sus respectivos objetivos, premiando a los estados que logran cumplirlos y humillando a los estados fallidos que son incapaces de lograrlo.


   Un ejemplo de ésto es la visita del observador de la ONU Phillip Alston, de origen australiano, a España. Durante este viaje él visitó zonas deprimidas del país, y volvió horrorizado comentando a la Organización que había visto lugares "con condiciones peores que un campo de refugiados", sacando a relucir al mundo todas las vergüenzas españolas actuales. 


Phillip Alston 


 

     Lo más deleznable de la gira de Phillip Alston por la España actual no es sacar la basura de debajo de la alfombra del gobierno español (realmente en España ahora mismo hay MUCHA pobreza), sino la banal acción de comentárselo a sus compañeros de trabajo y convertir el simple comentario en una noticia mundial, en vez de instar a la ONU a trabajar por erradicar la pobreza en España. Si los gobiernos locales se ven incapaces de hacerlo, lo lógico es que la ONU se imponga y actúe para lograr un mundo mejor. Pero verdaderamente es más fácil poner verde a un país antes que trabajar por su futuro.


      Otro caso no menos importante es la llegada a oídos de la ONU de la situación de apagón permanente en el barrio marginal de la Cañada Real de Madrid. Sus habitantes más jóvenes enviaron desgarradoras cartas al ministerio sobre su situación con mensajes como "Nos están torturando". Sin embargo, es cuanto menos sorprendente la inacción de la ONU con respecto al problema, limitándose a sacar los colores al gobierno español en vez de aportar ellos mismos su ayuda, más necesaria que cualquier acción infructuosa del Ayuntamiento de Madrid.


    Sinceramente, creo que el mundo en general está siendo dominado por una mentalidad "Masterchef" donde premia la competitividad y el "ser lo mejor" y si no lo consigues no llegarás a nada en la vida. Por mi parte, creo que eso debería cambiar radicalmente si se quieren conseguir definitivamente los Objetivos del Desarrollo del Milenio. 

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